sábado, 2 de febrero de 2013

Ayer murieron a tiros otros dos jóvenes vinculados a bandasTras las muertes de “Gilbert” y “El Muerto” se ha desatado una guerra en el sector de SDO

La guerra sangrienta que ha desatado el microtráfico en los barrios de Herrera cobró otras dos vidas en la madrugada de ayer.

Hombres fueron muertos a tiros, uno fue hallado en la cañada de Guajimía y el otro debajo del puente en la intersección de las avenidas 27 de Febrero y 6 de Noviembre.

El cadáver de Francisco Alberto Mateo (El Ojú), de 36 años, fue encontrado en la cañada de Guajimía. Supuestamente pertenecía a la banda dirigida por Edwin Omar Cabrera González (El Muerto). Ayer en la tarde no había sido identificado el cadáver hallado debajo del puente. Esto casos se suman al de Samuel Aracena Disla (Samuelito), de 33 años, asesinado el pasado jueves.

Una versión. La esposa de Mateo, Yesenia Fabián Vásquez, explicó que dos presuntos policías llegaron a su casa a la 1:30 de madrugada. Uno de ellos entró, hirió a un amigo de su esposo, identificado como “Oscalito”, quien huyó, y luego la sacó a ella y a su bebé de 10 meses y mataron a su esposo, quien les suplicó que no lo mataran.

Fabián Vásquez dijo que su esposo no estaba vinculado a ninguna de las bandas que opera en Herrera. Sin embargo vecinos, que no se identificaron manifestaron que pertenecía a la banda que supuestamente encabezaba “El Muerto”.

Punto de droga. La DNCD afirmó que “El Ojú” operaba un punto de droga en la calle Respaldo 4, en la cañada de Guajimía, propiedad de un joven identificado como Oliver, quien sería el relevo de “Gilbert”.

El deceso del hombre hallado debajo del puente había ocurrido ocho horas antes. El cadáver presenta tres balazos en la cabeza, dos en el pecho y uno en el muslo derecho, según la médica legista Cándida Herrera.

Vecinos. Los vecinos de El Pentágono pidieron al jefe de la Policía que instale un destacamento móvil para que haya más seguridad.

Entierro. “Samuelito” fue enterrado en el cementerio Cristo Redentor. La Policía escoltó el entierro para mantener el orden.

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